La desaparición de tres bancos regionales estadounidenses y los problemas de Credit Suisse han causado una gran inestabilidad en los mercados mundiales de capitales, lo que dificulta la toma de decisiones por parte de los bancos centrales. La inflación sigue siendo alta y algunos datos recientes no son alentadores.
El BCE estableció el tono inicial de la respuesta, tratando de abordar ambos desafíos, manteniendo su plan de aumentar los tipos de interés en 50 puntos básicos, pero sin dar ninguna orientación sobre el rumbo futuro de la política económica. El BCE afirmó que está preparado para responder tanto a la estabilidad de precios como a la financiera.
Si la Reserva Federal toma una decisión similar, podría aumentar los tipos de interés en al menos 25 puntos básicos la próxima semana. La conclusión del mercado de renta fija es que el eventual pico de tipos para los bancos centrales, que se pensaba que se alcanzaría a principios de mes, ahora es más bajo.
La quiebra financiera del SVB ha sido la primera señal de que el endurecimiento acumulado por parte de la FED durante el último año está causando problemas para la estabilidad financiera. Esta situación se produce después de que los responsables políticos insistieran en la necesidad de aumentar los tipos para contener la creciente presión sobre los costes. Esto ha generado un debate entre economistas e inversores sobre si los bancos centrales podrán separar ambos peligros.
¿Qué pasará con la decisión de la Reserva Federal?
Goldman Sachs cree que la FED descartará la subida de tipos de la próxima semana en medio de la continua turbulencia. Por su parte, los economistas de Nomura Holdings ven un cambio generalizado en la política de la Reserva Federal hacia el control de datos, lo que podría implicar un recorte de tipos el 22 de marzo. Los mercados están divididos sobre si Powell y sus colegas aumentarán los tipos en un cuarto o medio punto la próxima semana, pero sugieren que podrían comenzar a bajar los tipos a partir de septiembre.