La tasa de inflación anual en la zona euro ha sido noticia esta semana, y por una buena razón: ha disminuido significativamente al 6,9% en marzo de 2023, en comparación con el 8,5% registrado en febrero del mismo año. Hace un año, esta tasa se ubicaba en un 7,4%. Esta es una buena noticia para la región, que ha estado lidiando con altos niveles de inflación en los últimos meses. La tasa de inflación anual en la Unión Europea también ha disminuido, pasando del 9,9% en febrero al 8,3% en marzo de 2023. En el mismo periodo del año anterior, esta tasa era del 7,8%. Estos datos fueron publicados por Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea.
Es importante destacar que Luxemburgo, España y los Países Bajos registraron las tasas anuales de inflación más bajas, con 2,9%, 3,1% y 4,5% respectivamente. Mientras tanto, Hungría, Letonia y Chequia tuvieron las tasas anuales más altas, con 25,6%, 17,2% y 16,5% respectivamente. Además, la inflación anual disminuyó en veinticinco Estados miembros y aumentó en dos en comparación con febrero.
Durante marzo, la mayor contribución a la tasa de inflación anual en la zona euro correspondió a los alimentos, el alcohol y el tabaco (+3,12 puntos porcentuales, pp), seguidos de los servicios (+2,10 pp), los bienes industriales no energéticos (+1,71 pp) y la energía (-0,05 pp). Esta información proporciona una idea sobre qué áreas están experimentando una mayor presión inflacionaria en la región.
A pesar de la disminución en la tasa de inflación, el Banco Central Europeo (BCE) dirigido por Christine Lagarde decidió la semana anterior mantener su postura “Hawkish” y aumentar las tasas de interés en un promedio de 50 puntos base. Este movimiento ha fortalecido aún más el euro a nivel mundial y ha aumentado su protagonismo en los mercados internacionales. Sin embargo, es importante destacar que el dólar sigue siendo una fuerza dominante en los mercados globales y, por lo tanto, su comportamiento sigue siendo crucial para la economía global en su conjunto.
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