El dramático escenario de la política estadounidense se despliega una vez más en Washington a medida que la deuda federal se acerca a su límite legal, planteando la amenaza de un cierre del gobierno y una crisis financiera a menos que el Congreso y el Presidente aumenten ese límite. Existe la posibilidad de que este próximo cierre ocurra en unas semanas. Durante un cierre, las agencias federales deben suspender todas las funciones discrecionales hasta que se apruebe nueva legislación de financiamiento, y el Tesoro está restringido para emitir nueva deuda. Sin embargo, los servicios esenciales continúan operando, al igual que los programas de gasto obligatorio.
A pesar de esta amenaza recurrente, es importante destacar que en un futuro previsible no existe la posibilidad de que el gobierno federal incumpla realmente el pago de su deuda ni que se queden sin recursos para cumplir con el servicio de esa deuda. Esto se debe a varias razones: el gobierno puede emitir moneda, la Reserva Federal puede adquirir deuda del Tesoro y, lo más importante, el propio gasto público proporciona a la economía los fondos suficientes para adquirir cualquier deuda que se emita.
Entonces, debemos entender que el techo de la deuda es más bien un juego político, que probablemente se llevará a cabo cuando una de las cámaras legislativas esté controlada por el partido opuesto al Presidente. Es un guion ideal para señalar la irresponsabilidad fiscal del Presidente y su partido, y proporciona influencia momentánea al mantener el techo de la deuda como rehén hasta que se cumplan ciertas demandas presupuestarias y se realicen recortes.
Estados Unidos es uno de los dos países que establece un límite absoluto a la deuda, lo cual impide el gasto aprobado y autorizado. Los cierres del gobierno son raros y suelen durar poco debido a la presión para resolverlos.
El gasto del gobierno, incluso cuando se considera excesivo, termina en su mayoría en los hogares estadounidenses, lo que aumenta su riqueza. Durante la pandemia, el gobierno inyectó billones de dólares en la economía, lo que llevó a un aumento significativo en la riqueza de los hogares. A medida que se acerca el debate sobre el techo de la deuda, es importante tener en cuenta que los grandes déficits del gobierno suelen beneficiar a los hogares estadounidenses.
En resumen, el techo de la deuda es un juego político con consecuencias limitadas. Los cierres del gobierno son poco frecuentes y de corta duración. El gasto del gobierno beneficia a los hogares, y los grandes déficits suelen aumentar su riqueza.
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