El miércoles por la mañana, los tipos de interés de la deuda pública británica experimentaron una notable caída tras la divulgación de un dato de inflación por debajo de lo esperado. Este acontecimiento llevó a una reducción de 27 puntos básicos en la rentabilidad de los bonos a dos años, situándola en un 4,808% a las 5:30 hora del este. Los inversores, al revisar sus estimaciones sobre los tipos máximos que podría establecer el Banco de Inglaterra, las disminuyeron al 5,75%, en comparación con el 6% previo. Incluso a principios de este mes, las expectativas sobre los tipos máximos se ubicaban en un 6,5%.
La caída de las expectativas sobre la subida de 50 puntos básicos en agosto también se hizo evidente según los analistas, quienes consideran que dicho aumento ahora parece mucho menos probable. Actualmente, el tipo de interés del Banco de Inglaterra se mantiene en un 5%.
Estas modificaciones en las expectativas se deben a los datos del mercado laboral y al sólido crecimiento de los salarios, lo que ha generado la percepción de que el Banco de Inglaterra tiene mayor margen para elevar los tipos de interés.
El rendimiento de los bonos a 10 años también se vio afectado, registrando una disminución de 18 puntos básicos hasta el 4,152% en la mañana del miércoles. Recordemos que los rendimientos se mueven en dirección inversa al precio de los bonos del Estado. Además, los bonos de la zona euro también experimentaron una caída en sus rendimientos, con los bonos alemanes a 10 años, que son referencia para el bloque, bajando 3 puntos básicos hasta el 2,32%.
A pesar de esta disminución en la inflación, el Reino Unido sigue enfrentando una inflación más alta en comparación con otras grandes economías y se mantiene considerablemente por encima del objetivo del 2% establecido por el Banco de Inglaterra. Sin embargo, los datos revelan una disminución de la tasa anual de inflación en junio, descendiendo al 7,9% desde el 8,7% en mayo. Esta cifra también se situó por debajo de la estimación de consenso del 8,2% entre los economistas encuestados por Reuters. Tanto la inflación subyacente (6,9%) como la inflación de los servicios (7,2%) quedaron por debajo de las previsiones.
Este panorama tuvo un impacto en la libra esterlina, que experimentó una disminución del 0,7% frente al dólar estadounidense y del 0,7% frente al euro.
Los expertos en inversiones también han compartido sus puntos de vista sobre este contexto económico. Susannah Streeter, responsable de dinero y mercados de Hargreaves Lansdowne, señaló que la caída de la libra esterlina presiona a las empresas con operaciones en el extranjero, especialmente en sectores vinculados a las materias primas, debido a las preocupaciones por la ralentización de China. Además, la expectativa de que los costos de endeudamiento no aumenten tanto como se pronosticaba ha impulsado a las empresas altamente sensibles a las subidas de los tipos de interés.
Marcus Brookes, director de inversiones de Quilter Investors, considera que, aunque los datos de inflación ofrecen un rayo de esperanza, el Reino Unido sigue siendo atípico entre los países desarrollados en cuanto a inflación. Aunque la demanda ha resistido tanto la inflación como el alza de los tipos de interés hasta ahora, Brookes advierte que las grietas están apareciendo. Con más propietarios de hipotecas expuestos a los tipos actuales, es probable que la economía se vea afectada. Sin embargo, el camino hacia la estabilidad de la inflación probablemente requiera que el Banco de Inglaterra continúe subiendo los tipos de interés, lo que podría desencadenar una posible recesión en 2024.
En este contexto, los inversores buscarán refugio en empresas de calidad que puedan resistir la volatilidad en los próximos meses. Además, la renta fija, como los gilts, también puede ser una opción atractiva para los inversionistas en busca de estabilidad en este escenario cambiante del mercado.
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