Fitch Ratings ha anunciado la rebaja de la Calificación de Impago de Emisor (IDR) en moneda extranjera a largo plazo de los Estados Unidos de América a ‘AA+’ desde ‘AAA’. Aunque se ha eliminado el Rating Watch Negativo, se ha asignado una Perspectiva Estable. El techo del país se ha confirmado en “AAA”.
La decisión de rebajar la calificación refleja principalmente el deterioro fiscal previsto para los próximos tres años, una carga de la deuda de las administraciones públicas elevada y creciente, y la erosión de la gobernanza en relación con otros países con calificaciones “AA” y “AAA” en las últimas décadas. Este deterioro se ha manifestado en repetidos estancamientos del límite de deuda y resoluciones de última hora.
Fitch ha observado un constante deterioro de las normas de gobernanza en los últimos 20 años, especialmente en materia fiscal y de deuda, a pesar del acuerdo bipartidista de junio que suspendió el límite de deuda hasta enero de 2025. Los enfrentamientos políticos reiterados por el límite de la deuda y las resoluciones de última hora han minado la confianza en la gestión fiscal del país. Además, la falta de un marco fiscal a medio plazo, en contraste con la mayoría de sus homólogos, y un proceso presupuestario complejo también han contribuido a los sucesivos aumentos de la deuda en la última década. La resolución de retos relacionados con el aumento de los costes de la seguridad social y Medicare debido al envejecimiento de la población también ha sido limitada.
Se prevé que el déficit de las administraciones públicas aumente hasta el 6,3% del PIB en 2023 debido a ingresos federales más débiles, nuevas iniciativas de gasto y una mayor carga de intereses. Además, se espera que las administraciones estatales y locales registren un déficit global del 0,6% del PIB este año. Aunque se han acordado recortes del gasto discrecional no relacionado con la defensa para mejorar las perspectivas fiscales a medio plazo, Fitch no espera nuevas medidas sustanciales de saneamiento presupuestario antes de las elecciones de noviembre de 2024.
El aumento de la deuda también es un factor preocupante. Aunque el ratio deuda/PIB se redujo desde el máximo pandémico del 122,3% en 2020 hasta el 112,9% en 2023, se espera que aumente durante el periodo de previsión, alcanzando el 118,4% en 2025. Esta relación de deuda es más de dos veces y media superior a la mediana de países con calificaciones “AAA” y “AA”. Las proyecciones a más largo plazo sugieren aumentos adicionales de la relación deuda/PIB, lo que aumentaría la vulnerabilidad de la situación presupuestaria de Estados Unidos ante futuras perturbaciones económicas.
Para afrontar los retos fiscales a medio plazo, será crucial abordar el aumento de la deuda y el crecimiento del gasto obligatorio. La subida de los tipos de interés y el envejecimiento de la población también aumentarán la carga del servicio de los intereses y el gasto en seguridad social y Medicare si no se aplican reformas fiscales.
A pesar de estos desafíos, las calificaciones de Estados Unidos se sustentan en varios puntos fuertes estructurales, como su economía grande, avanzada y diversificada con altos ingresos, respaldada por un entorno empresarial dinámico. Además, el dólar estadounidense sigue siendo la principal moneda de reserva mundial, lo que otorga al Gobierno una extraordinaria flexibilidad financiera.
Fitch proyecta una leve recesión en la economía estadounidense en el cuarto trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024 debido al endurecimiento de las condiciones crediticias, el debilitamiento de la inversión empresarial y la ralentización del consumo. Además, la Reserva Federal ha estado aumentando los tipos de interés para hacer frente a la inflación y las condiciones económicas, lo que también afecta las perspectivas económicas.
En cuanto a consideraciones ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), Estados Unidos ha obtenido puntuaciones mixtas. Si bien cuenta con fortalezas en gobernanza, estabilidad política, derechos humanos y derechos de los acreedores, también enfrenta desafíos en otros aspectos, lo que influye en su perfil crediticio.
En conclusión, Fitch ha rebajado la calificación de Estados Unidos debido a los desafíos fiscales y de gobernanza, pero el país mantiene puntos fuertes que respaldan su posición crediticia.
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