Hace instantes acaba de publicarse el último informe del índice mensual de precios al consumo en Estados Unidos reveló que la inflación ha disminuido a un 5% en el último año, siendo el nivel más bajo desde el 2021. En febrero, la inflación se situaba en un 6%, lo que ya suponía una notable reducción desde su punto máximo en junio del 9.1%.

Sin embargo, la inflación subyacente, que no incluye los volátiles precios de la energía y los alimentos, se mantuvo estable. La subida de los precios de la vivienda, que se incrementó un 0.4% en el último mes y un 8.2% en el último año, fue el principal factor que contribuyó al aumento de los precios en los últimos meses.

A pesar de la disminución general de los precios, se espera que la Reserva Federal continúe elevando los tipos de interés como parte de su campaña agresiva para reducir la inflación. En marzo, la Reserva Federal aumentó los tipos un cuarto de punto, de entre el 4.75% y el 5%. Esta medida se consideró tanto asertiva como conciliadora tras la quiebra del Silicon Valley Bank.

Además, el informe de empleo del mes pasado mostró una señal de aumento continuado del empleo, un dato clave que la Reserva Federal utiliza para determinar la subida de los tipos de interés. Aunque se observa una ralentización moderada del mercado laboral, la tasa de desempleo bajó un 0.1%, situándose en el 3.5%.

La próxima reunión de la Reserva Federal, en la que se anunciarán las próximas subidas de los tipos de interés, tendrá lugar los días 2 y 3 de mayo. En resumen, aunque la inflación ha disminuido en general, la Reserva Federal sigue enfocada en reducirla y probablemente continuará elevando los tipos de interés en el futuro cercano.

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